Visas, fronteras y permisos o cómo los límites del viajero dependen de los límites de la política

Elegir un destino se decide por varios factores: ¿qué te gusta? ¿Qué esperas del destino? ¿Cuánto dinero gastarás? Pero también se ponderan factores ajenos al viajero como los permisos, autorizaciones, visas, etc. Yo he viajado a pocos países que me piden visa (como Canadá y Estados Unidos) y próximamente lo haré en Vietnam y Tailandia, pero la mayoría de los países a los que he viajado son países donde no se requiere visa. Lo de los visados es un tema engorroso; hay visas complejas, como lo son las visas para entrar a Rusia o a Estados Unidos; visas más simples, las que requieren de rellenar unos formatos y pagar una cantidad antes de irte a ese país o al llegar al mismo, como en el caso de Canadá o Vietnam; o sólo visados de llegada, es decir que al llegar al destino pagas una cantidad determinada de dinero y no hay necesidad de más documentos o de burocracia. Europa es un caso complejo debido a que es el continente con mayor integración del mundo entre sus países. Puedes cruzar de un país europeo a otro sin necesidad de dicha autorización, pero a veces sí se requiere de un permiso, por ejemplo al pasar a Albania, a Rusia, Ucrania y a Turquía (no todo Europa es homogéneo). Pero ahora la Unión Europea modificará para sesenta países, incluido México, su política de entradas a los 27 países de la unión (ya sin el Reino Unido a partir del próximo año) en el año 2020. ¿Cómo afectará esto a los viajeros mexicanos?

Hasta antes de la Primera Guerra Mundial cualquier ciudadano del mundo podía viajar libremente de un país a otro gracias a las políticas de puertas abiertas del emperador francés Napoleón III quien impulsó que los franceses viajaran y que los viajeros a Francia llegaran a su país sin permisos especiales, para 1880 muchos países europeos y del mundo siguieron esta política con ciertas excepciones como China y Japón que requerían un permiso especial para ingresar tierra adentro en sus países. Sin embargo la Gran Guerra de 1914 acabó con esto debido a que inició un proceso en Europa donde el fascismo, la inseguridad, la pobreza y las revoluciones comenzaron a moldear un mundo más en tono con la desconfianza que con la paz. Esto hizo que países como Francia, Reino Unido y Estados Unidos, las potencias del momento, celebraran una conferencia en 1920 con el auspicio de la Sociedad de Naciones (antecesor de la ONU) donde se delimitaba la creación del nuevo pasaporte como lo conocemos ahora.

Normalmente cualquier país que visites te permitirá estar en su territorio por un máximo de noventa días cuando llegas a tu destino mostrando tu pasaporte en el punto de entrada, ese mismo pasaporte creado después de la Primera Guerra Mundial; después de esos noventa días tienes que regresar a tu país a menos que tengas un visado especial. Y he aquí el quid de la cuestión: las visas, ya que no solo se crearon los pasaportes sino que se tomó en muchos casos la vieja usanza de viajar con un permiso especial, o sea una visa. Muchos pasaportes “poderosos” como los pasaportes de Singapur, Estados Unidos o Alemania no requieren de visas o permisos especiales para viajar a otros países pero pasaportes como el mexicano tienen más limitaciones, también se requiere de un visado para ciertos países como los ya mencionados más arriba (Estados Unidos, Canadá, Rusia, Tailandia, etc.). El valor de un pasaporte lo determina qué tan fuerte, económicamente hablando, es tu país; entre más pobre, más trabas y visas necesitarás para salir a otros países, entre más rico menos trabas, es la discriminación política que menos parece ofender a la gente.

Cuando viajabundeé por Europa del este entre los años de 2009 y 2010, pude estar más de seis meses allí porque muchos de esos países tienen fronteras con la Unión Europea, es decir que si estaba en Serbia y volvía a Hungría me sellaban el pasaporte de la UE y una semana después podría volver a Serbia o a Bosnia y me sellaban de nuevo el pasaporte, cada vez “reiniciando” mi permiso de tres meses; sin embargo, viajar de Hungría a Austria, por ejemplo, no contaba pues al ser de la misma Unión Europea y del espacio Schengen compartían fronteras y el mismo permiso de mi pasaporte, de noventa días, aplicaba para todo el espacio Schengen.

El espacio Schengen es un área que comprende a 26 países europeos que han abolido los controles fronterizos en las fronteras comunes, también conocidas como fronteras internas. El espacio se creó en 1985 por el Acuerdo de Schengen (en Luxemburgo) y empezó a funcionar en 1995 para suprimir las fronteras comunes entre los países integrantes y establecer controles comunes en las exteriores de esos países. En la práctica, el espacio Schengen funciona en términos migratorios como un solo país, con una política común de visados. No hay que confundir el espacio Schengen con la Unión Europea (UE), ya que hay Estados miembros de la UE que no forman parte del espacio Schengen (como Irlanda, Reino Unido, Chipre, Rumania y Bulgaria), mientras hay otros países que están integrados en el espacio Schengen y no pertenecen a la UE (como Suiza, Islandia y Noruega). El espacio Schengen seguirá funcionando para aquellos países que no sean afectadas por la nueva política de la UE: El Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS, por sus siglas en inglés), un permiso que deberán tramitar los viajeros de sesenta países (quince latinoamericanos, incluido México) vía electrónica al hacer sus planes de viaje al llamado espacio Schengen.

Este tipo de visado o permiso es similar al que piden en Canadá (“eTA”, autorización de viaje electrónico, por sus siglas en inglés) lo que significa que hay un control más estricto sobre las personas que ingresan a dicho espacio. ¿Cuál es la verdadera finalidad de todo esto? Para las autoridades europeas tener un mejor control sobre las personas que ingresan a sus países, al ser un continente pluricultural y con muchos países tan diversos es difícil tener un control de las personas que entran a su país, es normal que un viajero llegue a Frankfurt, Alemania y termine su viaje en Córdoba, España y regrese a Alemania para tomar su vuelo de regreso al país de origen sin que los países que cruzó para llegar a Córdoba (Francia y la misma España) se dieran cuenta de su presencia allí, lo que crea un caos burocrático y, según Bruselas (la capital de la UE), también crea posibilidades de que ingrese una célula de algún grupo terrorista sin que ningún gobierno se dé cuenta. Para el viajero afecta en el sentido de que habrá menos libertad de movimiento si deseas hacer un viaje de más de tres meses que es común para los mochileros, como dije podías pasar de la UE a otro país no miembro de la UE y regresar días después con tu pasaporte sellado por un tercer país y ahora al hacer eso podrían detenerte en la frontera al ver que ya pasaste los tres meses de acuerdo con tu “visado”, esto podría también no pasar, la realidad es que necesitaría esperar al 2020, viajar allá y detallar con hechos qué va a pasar exactamente, por lo pronto ésa es la información con la que cuento. Y si te preguntas, ¿qué pasará con el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte con el Brexit? ¡Ah! Ése es otro tema para otra entrada.